Borja Iglesias y su respuesta a la ovación del Villamarín

El delantero vive en el fútbol con un requisito añadido cuál de un extra se tratase a diferencia de los demás futbolistas de campo, el gol. Ese acto tan efímero que tantas alegrías da al aficionado y que tanto ayuda a calificar la apreciación de un atacante.

Borja vive lejos del gol desde hace bastante tiempo, lejos de celebrar con rabia, de levantar el puño en alto para desatar la locura en el Benito Villamarín. Y ayer, sin ir más lejos, se quedó a ínfimos milímetros de conseguirlo, de volver a rugir cuando más lo necesita.

Y el estadio centenario, ese que entiende de fútbol a base de historias, el que se ha acostumbrado a colocar 50.000 almas de media en cada partido, lo supo al instante. Y respondió al unísono, para fundirse en un cántico de apoyo tras un gol anulado que quizás pueda tener más trascendencia de la imaginada.

Borja lo entendió y respondió, un rostro visiblemente emocionado y unos golpes en un pecho lleno de gratitud y cariño. Como en las grandes noches del panda, como en el gol de la final de copa en la Cartuja, el Benito Villamarín coreó su nombre para levantar al héroe del último título en verdiblanco.

Y, sin ir más lejos, el delantero gallego agradecía en su cuenta de Twitter el gesto de su afición en un mensaje cargado de emoción y que, para felicidad de los béticos y bienestar del Real Betis, podría suponer un punto de inflexión en el rendimiento del ariete santiagués.

Raiola Networks

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