Diego Lainez llegaba al Real Betis en el mercado invernal de 2019, con las expectativas de futuro prometedor, de hecho, el conjunto verdiblanco tuvo que pelear su fichaje con grandes equipos como el Ajax de Amsterdam. Con la vitola de convertirse en un jugador especial, daba un salto de competitividad enorme al llegar a la liga española de la mano de Quique Setién, quien propuso un estilo de juego a priori, favorable para el mexicano.
Cuatro temporadas después y sin alcanzar la regularidad suficiente para hacerse hueco en la exigente plantilla bética, debido a su intermitente rendimiento, abandona la entidad heliopolitana para afrontar una cesión de un año en la liga portuguesa, concretamente en las filas del Sporting de Braga. Para guardarse las espaldas ante posibles imprevistos, el Real Betis ha renovado por dos años, hasta 2025, al extremo de Villahermosa. El equipo luso, que disfrutará este curso de los servicios del joven talento, se reserva una opción de compra no obligatoria de siete millones de euros, que irá condicionada al rendimiento del extremo.
Los números de Lainez en el Real Betis dejan mucho que desear para un jugador de su categoría. 1673 minutos en liga repartidos en tres temporadas y media, con un total de cero goles y tres asistencias. 718 minutos en la Copa del Rey, de la que es vigente campeón, con seis participaciones decisivas, tres goles y tres asistencias. Dos temporadas en la Europa League disputando 255 minutos, logrando celebrar un gol en la trágica eliminatoria ante el Stade Rennes en su primera temporada como bético.
En definitiva, un traspaso que podría beneficiar a ambas partes de la ecuación. Para Diego, una nueva oportunidad de resarcirse y volver a dejar destellos del jugador que prometía ser, seguramente en la disposición de más minutos. Para el Real Betis, la oportunidad de desahogar la plantilla y dar cabida a los nuevos refuerzos.