Héctor Bellerín volvía al once inicial del Real Betis en el día de hoy para defender la elástica verdiblanca en un partido más que exigente para los de Manuel Pellegrini por el estado de forma del rival. El Girona de Míchel irrumpía en el Benito Villamarín como líder en solitario, pero se encontraría en el centro de un territorio tan hostil como intimidante.
Sin embargo, el catalán solo pudo comparecer en el partido durante 15 minutos, cuando una entrada de Savinho hacía tambalear la integridad de su tobillo derecho. Una acción peligrosa, evitable y con una dureza desmedida que obligaba al lateral a abandonar el terreno de juego, entrando en su lugar Aitor Ruibal.
La sorpresa de propios y ajenos llegó con la interpretación de la jugada de Ricardo de Burgos Bengoetxea, en la que ¡no señaló ni falta! del futbolista brasileño. Tampoco fue percibida, y esto ya es más grave, en la sala de videoarbitraje por Gónzalez Fuertes que se lavó las manos y sucumbió a la decisión del colegiado principal.
Lo que molesta a los béticos es el “vacío legal” a la hora de arbitrar este tipo de jugadas que, como ha sido el caso hoy y desafortunadamente, ponen en peligro la integridad física del futbolista que las sufre. Y es que el propio Bellerín, por una acción cuanto menos similar, vio sin atisbo de duda la roja en el duelo frente al Almería en los Juegos del Mediterráneo. Muñiz Ruiz no titubeó al dejar al Real Betis con nueve efectivos desde el minuto 27, alegando en acta que la jugada no fue intencionada pero sí excesivamente peligrosa. Miren las imágenes y juzguen ustedes mismos.
