El Real Betis Balompié se encuentra a un paso de certificar su clasificación para competición europea por cuarta temporada consecutiva. Un objetivo que, a pesar de las numerosas dificultades afrontadas, se ha convertido en una realidad gracias a la perseverancia, la constancia y la capacidad de adaptación del equipo dirigido por Manuel Pellegrini.
Un camino plagado de obstáculos
Como ya saben, la temporada 2023-2024 ha estado marcada por una plaga de lesiones que ha diezmado la plantilla verdiblanca. Jugadores clave como Fekir, Bartra, Sabaly, Bravo, Guido Rodríguez, Ayoze, Isco, Bakambu y Chimy Ávila han visto interrumpidas sus temporadas por diferentes percances físicos.
A pesar de este panorama desalentador, el Betis ha logrado mantener un nivel competitivo notable, demostrando una gran capacidad de resiliencia y adaptación. Pellegrini ha sabido reestructurar su once inicial y encontrar soluciones alternativas ante la ausencia de piezas fundamentales, dando oportunidades a jugadores que han respondido con creces a la confianza depositada en ellos.
La recompensa de la regularidad
Al igual que en temporadas anteriores, la característica que mejor define a este equipo es la regularidad, que vuelve a ser la clave del éxito del Betis en esta temporada. A pesar de no haber brillado en todos los partidos (caída en Europa League, caída en Copa del Rey, los derbis…), el equipo ha sumado puntos de forma constante, aprovechando al máximo las oportunidades que se le han presentado.
El triunfo ante el Almería en esta jornada 35 y a la espera de que la Real Sociedad dispute su partido hoy, el Betis se ha colocado en la sexta posición de la tabla, sacando un punto de ventaja al equipo vasco. Restando tres jornadas, el conjunto verdiblanco tiene en sus manos el destino de su futuro europeo. Para certificar su presencia en Europa, el Betis deberá superar dos retos importantes en las próximas jornadas. El primero, el partido contra Las Palmas en Gran Canaria, donde buscará sumar una victoria que le asegure matemáticamente la séptima plaza.
El segundo y más crucial, el encuentro ante la Real Sociedad en el Benito Villamarín. Un partido directo por la sexta plaza que se antoja decisivo para las aspiraciones europeas de ambos equipos.
Un mensaje de unidad y ambición
En este contexto, el mensaje que se desprende del vestuario bético es uno de unidad y ambición. Los jugadores son conscientes de la importancia de los partidos que quedan y de la oportunidad que tienen de alcanzar un objetivo tan anhelado por la afición.
Isco, uno de los líderes del equipo, ha destacado la importancia de mantener la concentración y la intensidad en los partidos que quedan. “Es un partido que tiene que ser el partido del año”, ha señalado el malagueño en referencia al encuentro ante la Real Sociedad. “Pero antes hay que poner la mente en Las Palmas. El primer partido para salvar si queremos lograr el objetivo”.
En definitiva, por mucho ruido y muchos agoreros que vaticinaban un fracaso de temporada, el Real Betis Balompié vuelve a encontrarse a las puertas de certificar su participación en Europa, un año más. Un logro que, de confirmarse, sería el resultado de una temporada marcada por la superación, la regularidad y la ambición de un equipo que ha sabido sobreponerse a las adversidades y luchar por sus objetivos hasta el final.
Sin la plaga de lesiones, que ha supuesto un lastre, se está a punto de volver a entrar en Europa y una vez conseguido el objetivo, mejor Europe League que Conference, se antoja de vital importancia efectuar una remodelación de la plantilla y planificarla y ajustarla al jugador clave hoy por hoy en el Betis: Isco Alarcón. Un equipo a la medida de Isco, con un goleador top y una defensa en condiciones que es por donde empiezan los triunfos.