Una oportunidad única es ante lo que está el Real Betis de Pellegrini en su tercer año al frente de una nave que prácticamente cogió a la deriva. Y es que este Betis sí parece estar mentalizado de que su sitio es este, el de pelear por cada partido, en cada competición, sin mirar más allá y sin importar el rival. Lejos quedan esos partidos en los que no se competía, las goleadas en Ipurúa, el Coliseum o Butarque. Este Betis, al fin, es otro, el que todos soñábamos ver.
La oportunidad es, ni más ni menos, la de afianzarse como uno de los grandes equipos del fútbol español de una vez por todas. Sin altibajos, sin una temporada buena y 5 malas, acostumbrándote a estar en Europa sin vértigo.
El club lleva más de dos años con una dinámica de crecimiento imparable, ambicioso, sin ponerse techo y con un plantel y directiva cada vez más mentalizados en que podemos aspirar siempre a algo más. Incluso parece que se han ido los fantasmas y miedos a la hora de decir desde el club que el Betis debe codearse con los grandes.
El mensaje de jugadores, entrenador y directiva es el mismo: el objetivo es no bajar ningún escalón y seguir creciendo. Y las bases están puestas. Queda mercado, pero ningún jugador da síntomas de querer abandonar el Plan 3.0. Acostumbrados a ver desbandadas cada vez que hacíamos un buen año, se nos hace raro ver cómo nadie quiere moverse de un Betis serio, con un título bajo el brazo y con una segunda participación europea seguida.
El objetivo no es otro que seguir arriba, jugar Europa asiduamente y luchar por todo lo que esté en juego. Y aquí aparece la primera oportunidad de oro: La Supercopa de España. Queda lejos, pero no podemos evitar sentir la ilusión de seguir rellenando nuestras vitrinas. Estás a dos partidos de ganar otro título oficial en pocos meses. Y es que cuando tocas la gloria, siempre quieres más. Es difícil, y más estando los dos gigantes (con sus evidentes intereses y atractivos de ver una final entre ambos en tierras árabes), pero con los Pellegrini, Canales, Fekir y compañía no hay nada imposible. Y vas sin presión alguna, sin la etiqueta de favorito como pasaba en la Copa. Que pase lo que tenga que pasar.
La Copa del Rey: es la competición que siempre nos ha ilusionado. Defendemos título, vuelve a ser la final en nuestra ciudad y nos ahorramos dos rondas. Repetir está difícil, pero sabemos que se luchará y los rivales nos respetarán.
Europa League: es, a título personal, la competición que más me gusta. Tan bonita como difícil de ganar, por muchos chascarrillos que hagamos con el eterno rival. Repetimos participación, tenemos más experiencia y lecciones aprendidas. El objetivo debe ser eliminar ya de un plumazo el gafe de no pasar de 1/8, y lo demás ya se verá en caso de conseguirlo.
Algunos dirán que es pura utopía, otros que se nos ha subido la Copa a la cabeza, y otros simplemente se reirán. Pero los números están ahí, y hablan de un Betis fiable, competitivo y con hambre. Son muchos años de penuria y lo más difícil se ha hecho ya. El gigante dormido despertó y “sólo” queda seguir manteniéndolo con los ojos abiertos y los pies en la tierra. Manteniendo el plantel y con los retoques adecuados…
La ilusión está servida; ya sólo queda, esperemos, disfrutar.
