El Real Betis Balompié cerró la noche del domingo en San Mamés, jornada duodécima que bajo mi punto de vista nunca debió disputarse, no había ánimos ni ganas de nada, debido a los terribles sucesos acontecidos en la comunidad valenciana, pero los calendarios mandan según #LaLiga y prevalece el jugar ante el sentido común.
Llegaba el equipo bético empatado en la tabla a puntos con bilbaínos, y la primera parte del partido fue un ciclón de los vascos hacia la portería de Rui Silva, a la postre MVP del partido. El portugués y la madera se convirtieron en los mayores aliados de los verdiblancos, donde Julen Agirrezabala se convirtió en un mero espectador más. El equipo vasco dispuso de ocasiones claras como para haberse puesto por delante hasta en seis o siete ocasiones.
Tan desastroso fue el primer tiempo que Manuel Pellegrini realizó tres cambios al descanso, algo inusual en el técnico chileno, que seguramente, si hubiera podido hubiera cambiado a siete u ocho… Tras la arenga del míster en el vestuario, y los cambios mencionados anteriormente, los verdiblancos salieron con otra cara y con la intención firme de cambiar la imagen acontecida en la primera parte. Fruto de esa insistencia anotó Pablo Fornals, beso al cielo del valenciano incluido, para poner en ventaja a los heliopolitanos, y minutos después desaprovechó el segundo gol en las botas de Iker Losada. Cuando peor lo estaba pasando el equipo de Ernesto Valverde, y cuando menos estaban acosando la portería del cancerbero bético, llegó el gol del Athletic en un fallo de comunicación entre los centrales y el portero portugués.
El partido disputado anoche, recordó a lo que viene siendo la temporada del Betis pero al revés, muchísimas ocasiones claras falladas y luego cuando las fuerzas flaquean se sufre de lo lindo para conseguir los puntos. Esta vez, le tocó sufrirlo al equipo rojiblanco, que aún se estarán pensando cómo no puntuaron ayer de tres, una historia que por desgracia estamos sufriendo en demasía en clave verdiblanca.
Llamó la atención sobremanera, el efecto de reacción del Manuel Pellegrini en el descanso, reacción que veníamos criticando tiempo atrás. Seguramente en otros muchos partidos, igual no hubiera realizado sustituciones hasta el minuto setenta, como nos tiene acostumbrados el míster, y sobre todo con un empate en el marcador de visitante. Algo parece que ha cambiado en las entrañas del club desde el pasado derbi. ¿Toque de atención de las altas esferas…?, sea lo que sea, la realidad es que se han conseguido tres resultados consecutivos bastante favorables, y que ni el más de los optimistas hubiera soñado.