El Benito Villamarín se volvió a vestir de gala para vivir una nueva decepción europea. El equipo de Manuel Pellegrini dejó escapar dos puntos ante el Copenhague situándose en el puesto número 27 de la clasificación Conference, compuesta por 36 equipos. Un punto de seis posibles que reflejan la falta de nivel y de exigencia por parte de la plantilla y del entrenador en la competición verde, y así lo hace ver sus últimos enfrentamientos.
Tal y como publicaba después del partido Fran Martínez de Relevo, el registro del Betis en el viejo continente hace temblar los cimientos de la ambición del club. Dos victorias de los últimos ocho encuentros entre Conference y Europa League, ambas ante el Kryvbas en la ronda previa disputada en Agosto. Derrotas o empates ante Sparta Praga, Dinamo de Zagreb, Legia, Copenhague y Rangers. Cabe destacar que todos estos equipos poseen un valor de plantilla que no alcanzan ni la mitad del cómputo global de la plantilla del Real Betis Balompié.
Cinco puntos son los que separan al Betis del Rapid de Viena, que es el equipo que marca la zona de acceso directo a los Octavos de Final. Para Pellegrini no es necesario mirar tan alto dado que como transmitió en rueda de prensa el objetivo es clasificar, estando contento si el plantel queda por encima del puesto número 24, teniendo que jugar una ronda previa. La situación en Europa se repite y resulta contradictorio en comparación a las palabras del presidente hace unas semanas en la expedición a Varsovia afirmando que hay ilusión con esta competición.
El beticismo se marchó ayer una vez más desencantado con el equipo y no es de extrañar, el último triunfo del Betis en competición europea, obviando a la fase previa ante el Kryvbas, fue el 9 de noviembre ante el Aris Limassol. Tras este bagaje europeo la conclusión es que el equipo para lograr avanzar en las competiciones internacionales tiene que hacerse fuerte ante los equipos menos poderosos, en el momento que llega alguien con cierto nombre las piernas se echan a temblar.