Una de las bajas más sensibles que ha sufrido el conjunto de Manuel Pellegrini a lo largo de la temporada, sin duda es la de Isco Alarcón. El jugador malagueño se marchó lesionado el pasado 4 de febrero ante el Getafe en una acción desafortunada a la par que innecesaria. Independientemente de su ausencia en el verde, su influencia en el juego del equipo bético ha sido tal, que se consagra en el quinto lugar en la tabla de generadores de ocasiones de las cinco grandes ligas, publicada por la empresa de análisis deportivo, Opta Analyst.
Hasta 78 participaciones en jugadas ofensivas, situándose en el top 5 por detrás de Sane (Bayern de Múnich), Grob (Brighton), Bruno Fernandes (Manchester United) y Gundogan (FC Barcelona). Ciertamente no descubrimos nada resaltando la magia del malagueño, sino que este dato complementa más si cabe su incidencia e implicación con las trece barras. Detrás del campeón de Europa se mencionan nombres de la talla de recientes campeones de la Champions League con el Manchester City como Julián Álvarez o Phil Foden.
Portando 7 goles y 5 asistencias este año entre todas las competiciones, el dorsal 22 recientemente renovado ya es, a sus 31 años, todo un ídolo en el beticismo. Tarea que no resultaba sencilla después de su etapa sevillista y de su baja condición física en el pasado. Malos aires que desaparecieron al poco tiempo de debutar con la elástica verdiblanca y que auguran un prodigioso futuro.
El jugador verdiblanco ha comentado en múltiples entrevistas la felicidad masiva que siente y el pleno agradecimiento al club por devolverle la sonrisa. Dicha Sonrisa es la que esperan con ansias los aficionados béticos, teniendo que demorar su regreso hasta casi el mes de abril, llegando actualmente a la mitad de su recuperación de su lesión en los isquiotibiales.