El jugador de la Juve Renato Cesarini dio su nombre a esos goles que se marcan en los últimos minutos de los partidos. El periodista Eugenio Danese utilizo la habilidad de este jugador para marcar en ese tramo de los partidos para denominarla “Zona Cesarini”, así que los goles marcados cuando el final del encuentro se aproxima, son goles marcados en la zona Cesarini.
Con esta idea en la mente, recuerdo aquella frase de Luís Aragones, técnico de carácter al que apodaban “el sabio de Hortaleza” que venía a decir que lo importante se jugaba en las últimas diez jornadas de liga, y que era importante llegar a ellas en una buena posición para optar a los éxitos perseguidos durante todo el año. Así pues, a partir de ahora a las diez últimas jornadas del campeonato de liga las llamaré “Zona Aragonés”.
Llega el Betis a este tramo de liga en buena posición para optar por la sexta plaza, que tiene a un solo punto, y teniendo prácticamente imposible la quinta, que estando a 11 puntos solo una debacle del Athletic Club y un improbable final de liga brillante en verdiblanco la haría posible. En la parte mala, el Valencia viene apretando por la séptima plaza, a dos puntos, y algo más alejados tenemos a Las Palmas, a cinco.
Está siendo una temporada extraña. Las desilusionantes eliminaciones en Europa League, Copa y Conference han creado un clima de disgusto que no ayuda al club, ni anima a los aficionados a volcarse con el equipo. Es cierto que lo de las lesiones este año está siendo una locura, y también es cierto que el club parece inmerso en un año de transición importante, con cambios profundos en la plantilla y en el modelo de juego. La cuestión es que por hache o por be, el equipo no termina de dar el paso adelante que todos esperamos.
Tras la importante victoria ante el Bilbao han llegado dos derrotas dolorosas ante Atleti y Villareal. La primera de ellas, por ser en el Wanda y ante la bestia negra del Betis y de Pellegrini, puede comprenderse mejor, pero la sufrida ante el equipo amarillo deja muy tocado al aficionado. Dos veces, dos, se puso por delante el Betis ante el equipo de Marcelino. Dos veces fue incapaz de mantener la ventaja. La sensación es que el equipo anda algo justo de fuerzas (precisamente el año que antes hemos caído en las competiciones intersemanales) y que el míster no termina de dar con la tecla a la hora de gestionar los encuentros, ni en los onces que saltan al campo de inicio, ni en los cambios para intentar corregir cualquier eventualidad. También parece que estamos en un momento en el que todo lo que puede salir mal, sale mal: dos goles en propia meta en los dos últimos partidos, una expulsión provocada por el #HandicapCantalejo, todos los partidos con lesionados o tocados que deben salir del campo antes de tiempo…
El caso es que entramos en la Zona Aragonés. Diez jornadas por delante, seis de ellas a domicilio, empezando por las dos siguientes, Rayo y Girona, y más adelante Valencia, Osasuna, Las Palmas y Real Madrid; y cuatro en casa contra Celta, el derbi, Almería y Real Sociedad. Un calendario exigente que se afrontará con la “tranquilidad” de tener un partido a la semana, pero que, a día de hoy, da un poco de miedo viendo la irregularidad de los verdiblancos este curso.
Las cuentas parecen indicar que con unos 20 puntos de los 30 que quedan podrían ser suficientes para conseguir la ansiada posición europea. Y sería interesante que el Athletic de Bilbao ganara la Copa del Rey para que la séptima plaza tuviera el premio de la Conference League.
Sea como sea, a los béticos no nos queda otra que volcarnos de verdad con el Real Betis Balompié, porque solo remando todos en la misma dirección y levantando al equipo en sus peores momentos de juego, podremos salir victoriosos de esta Zona Aragonés.
No queda otra. A por ellos. Dependemos de nosotros mismos, hagamos que eso cuente. “Apiñados como balas de cañón…”
Foto vía: Real Betis Balompié @RealBetis
