El equipo de Manuel Pellegrini debutó en la noche de ayer en Conference League ante el Dinamo de Zagreb y cosechó una nueva derrota europea. El conjunto visitante gozó de escasos acercamientos que fueron suficientes para volver a tierras croatas con la ventaja en el marcador, dicho partido se presenta como la última bala en el cartucho bético para seguir en Europa.
El partido del Betis comenzó con el malestar general de la poca afición que asistió anoche al Benito Villamarín, algo más de 25.000 béticos arroparon al equipo en la que fue una noche donde se vio poco fútbol, un ritmo muy lento de partido y muchas imprecisiones de todos los jugadores béticos. Un equipo mermado por las bajas y por la falta de jugadores inscritos en la propia competición, que según el técnico chileno no pudo hacer más en el encuentro de ayer.
Apenas se contabilizaron 3 disparos entre palos, sumado al golpeo de Willian José de falta en los últimos minutos de partido, siendo esta de las pocas ocasiones que levantaron al aficionado del asiento. La falta de creatividad, la ausencia total de ideas ofensivas y la paupérrima presión ejercida por el conjunto bético evidenciaba los peores presagios para los locales. Un Dinamo que se mantuvo en general bastante contemplativo, arrancó la segunda mitad buscando el área rival y encontrando el premio en una jugada desafortunada por parte de Chadi Riad, señalando la pena máxima.
Manuel Pellegrini tendrá que buscar la tecla precisa para remontar el partido en la capital croata, si realmente desea continuar vivo en la competición verde. Nos mantendremos expectantes de la evolución de ciertos jugadores que puedan incorporarse a esa final como Cedric Bakambú, además de la baja por acumulación de tarjetas del capitán Pezzella en una acción totalmente innecesaria de protesta.
