Si algo es la afición del Real Betis Balompié es extremista. Tiene la capacidad de pasar, en segundos, de un extremo a otro sin tan siquiera pasar por el centro.
Venimos de lo que podríamos tildar “‘los 10 días negros” , 3 partidos con decepción en cuanto a resultado y con algunas críticas excesivas y exacerbada hacia jugadores que tal vez no son los actores principales del “desastre”. Por otro lado bendito desastre aquel…
Recuerdo aquellas jornadas jugándose mi equipo la vida, en campos de segunda división y en aquel horario matinal que pasaba a suplir los domingos de papel de estraza con goterones de aceite, ese olor a chocolate y esos churros de rueda y de papas, por partidos frente a rivales de los que todos nos acordamos y a los que no voy a mencionar. Eso sí que era sufrir, eso sí que era estar en el alambre y en el hilo de seda más fino que puedas imaginar…
¿A dónde quiero llegar con esta reflexión? A deciros que tienen que confiar en este ingeniero, tienen que confiar en esta plantilla y no porque lo diga yo, sino porque lo han demostrado.
Con estos señores voy yo a la guerra que haya que ir, haré frente al enemigo que sea y estaré orgulloso siempre de los que visten de verdiblanco, que son mis hermanos. Tiren de memoria pero sobretodo de beticismo y acuérdense de quién te enseñó a querer al Real Betis Balompié sobre todas las cosas, a quererlo más en los momentos duros ya que en los felices todos lo querrán.
Con esto quiero tirar se orgullo, nunca de conformismo. La crítica es tan necesaria como el respirar pero no menos cierto es que las corrientes de opiniones negativas,oportunistas, intencionadas, con fines y rencillas personales … Se terminan por llevar y arrastrar a bétic@s que solo quieren lo mejor para su club y se pueden ver influenciados por lo que otros publiquen, piensen y opinen. ¡Tengan personalidad!
Saquen sus mejores galas, sus bufandas, sus camisetas, sonrían y afinen sus gargantas para gritar con mas fuerza que nunca ¡VIVA EL REAL BETIS BALOMPIÉ!
Buenísimo. Plas, plas, plas.