Cuando ya el Betis pensaba que se podría olvidar de Giovani Lo Celso después de su venta al Tottenham en verano de 2019, vienen curvas para las altas esferas del Villamarín. El argentino llegó cedido por el PSG el último día del mercado estival de 2018 al cuadro verdiblanco con una opción de compra de 25 millones de euros que Serra Ferrer no dudó en ejecutar. Lo que fue un chollo para los de Quique Setién acabó siendo la venta más importante y a la vez una de las más dolorosas para los aficionados. Un jugador atractivo en cuanto a su juego a los ojos del hincha no se olvida fácilmente, como aquel gol en San Siro.
Tras menos de un año en la capital andaluza, el rosarino cambió la soleada Sevilla por la lluviosa Londres para dar un paso adelante en su carrera y jugar en el Tottenham. Españoles e ingleses acordaron una cesión valorada en 16 millones de euros más una opción de compra de 32 millones, ejecutada en enero de 2020. Los 48 kilos que el infravalorado argentino del PSG dejó en las arcas béticas no pasaron desapercibidas ni para unos ni para otros.
Desde la capital francesa miraban con lupa cualquier planteamiento financiero que involucrara a Gio. El cuadro parisino no entregó al Betis el 100% de la propiedad del futbolista, sino que se guardó el 20% del jugador en caso de un futuro traspaso. A pesar de que los helipolitanos abonaron los casi siete millones que corresponden a esa plusvalía, desde el despacho de Al-Khelaïfi reclamaron también que los 16 millones de la cesión también contaban como parte del traspaso, aumentando en otros tres millones la cifra total.
A pesar de que la FIFA dio la razón a los franceses en su disconformidad, el Betis ha apelado ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) la invalidez de esta protesta. Desde Sevilla afirman que el importe de una cesión no se puede adicionar al importe total de una compra, puesto que son contratos distintos. El organismo suizo deberá decidir el día 17 si el Betis deberá abonar estos incongruentes tres millones.
