El Benito Villamarín se vistió de gala para recibir a su equipo en la segunda jornada de la UEFA Conference League. El Real Betis se enfrentó al Copenhague tras la victoria a la vuelta del parón contra Osasuna y tratará de repetir el resultado ante un equipo que viene de perder en su debut europeo esta temporada. De igual manera, también cayó la entidad verdiblanca en su visita a Varsovia, lo que elevó la importancia de este choque. En este contexto comenzó una primera mitad en el que los locales estuvieron muy cómodos, a la vez que efectivos. En cambio, no se mantuvo esta misma línea durante la segunda mitad.
Las alineaciones del choque
Real Betis: Adrián San Miguel, Aitor Ruibal (Héctor Bellerín, min. 63), Natan, Diego Llorente, Ricardo Rodríguez, Johnny Cardoso (Assane Diao, min. 79), Sergi Altimira, Pablo Fornals, Ez Abde, Bakambu (Vitor Roque, min. 46) y Chimy Ávila (Juanmi, min 79).
Rui Silva, Perraud, Marc Bartra, Héctor Bellerín y Vitor Roque son sustituidos respecto al último partido liguero.
Copenhague: Nathan Trott; Rodrigo Huescas, Pantelis Hatzidiakos, Gabriel Pereira, Kevin Diks; Lukas Lerager (Cornelius, min. 71), William Clem (Elias Achouri, min. 62), Magnus Mattsson (Thomas Delaney, min. 62); Robert (Jordan Larsson, min. 62), Mohamed Elyounoussi y Viktor Claesson (Victor Froholdt, min. 71).
Rodrigo Huescas, Clem y Claesson reemplazan a Gocholeishvili, Thomas Delaney y Cornelius en comparación con el último encuentro.
Control y comodidad a favor del Real Betis
La noche cayó sobre Heliópolis y el colegiado señaló el comienzo de la segunda jornada europea para los de Manuel Pellegrini, en un ambiente repleto de aficionados verdiblancos que empujaron a su equipo desde el pitido del árbitro. Durante los compases iniciales, fue el Copenhague quien intentó apretar muy arriba al Real Betis, mientras que estos tuvieron complicaciones para sacar el balón. Sin embargo, dichos detalles no se alargaron demasiado en el partido y rápidamente superaron esa línea de presión. De hecho, en la primera de sus llegadas, Ez Abde se atrevió a probar al portero visitante, introduciendo el esférico dentro de la portería con un poderoso disparo desde la frontal del área.
Posteriormente, los locales pasaron a controlar el juego con más frecuencia y, de igual manera, intentó buscar la verticalidad de sus atacantes constantemente. Además, lo hizo con mucha tranquilidad, sin arriesgar en la salida de balón, manteniendo posesiones muy largas que desesperaron a los daneses. No obstante, una vez superado el ecuador de la primera mitad, los roles volvieron a cambiar y el Copenhague intentó proponer un fútbol atractivo en campo bético. Afortunadamente para los de Manuel Pellegrini, esos intentos no se prolongaron mucho en el tiempo, trayendo como consecuencia cierta tranquilidad a un encuentro que concluyó sus primeros 45 minutos con más llegadas andaluzas.
El conformismo sentenció
Los jugadores se marcharon a vestuarios y, a la vuelta, mantuvieron un ritmo de partido muy bajo, sin apenas ocasiones durante los primeros compases de la primera mitad, aunque los locales se mantuvieron muy tranquilos sobre el césped. En este sentido, se desarrollaron los primeros minutos de la segunda parte, sin mucha participación de los delanteros tanto de Real Betis como del Copenhague. Al mismo tiempo, los daneses intentaron atacar los espacios por detrás de la defensa bética, sin acierto en los primeros intentos, pero persistentes en su idea de juego. Sin embargo, la ocasión más clara llegó en las botas de Pablo Fornals, la cual paró el guardameta visitante.
No obstante, jugar con fuego conlleva muchos riesgos, siendo uno de ellos la posibilidad de que el conjunto visitante igualara el marcador. La oportunidad de hacerlo la tuvieron tras un penalti provocado por Héctor Bellerín y Kevin Dicks no perdonó desde los once metros. Manuel Pellegrini intentó agitar el avispero para que sus jugadores se lanzasen a por los primeros tres puntos, introduciendo a dos atacantes en el terreno de juego. Desafortunadamente para sus intereses, esto no conllevó la capacidad de anotar el tanto de la victoria, aunque sí se produjeron varias llegadas, pero no suficientes para romper un empate que no dejó contento a ninguno de los presentes.